HISTORIA CORTA DE TERROR

HISTORIA CORTA DE TERROR
Mari y Charly eran inseparables. Hermanos en todo el sentido de la palabra, compartían risas, juegos y sueños. Pasaban horas bailando, corriendo por el campo o jugando en el viejo columpio del jardín. Para ellos, no existía un mundo sin el otro.
Pero todo cambió un día fatídico. Mari, emocionada como siempre, se subió al columpio y comenzó a impulsarse con fuerza. Charly la animaba desde el suelo, riendo y pidiéndole que subiera más alto. En un momento, Mari tomó demasiado impulso y el columpio se inclinó peligrosamente.
Lo que pasó después fue rápido, casi irreal. Mari salió volando, y su cuerpo terminó cayendo sobre un alambre de púas. La tragedia fue instantánea: el impacto la decapitó al instante.
Charly se quedó petrificado, incapaz de moverse. Su hermana, su mejor amiga, yacía frente a él, inerte. Las lágrimas no tardaron en llegar, y con ellas, un lamento desgarrador que resonó por todo el lugar. Nunca dejó de culparse, aunque no fuera su culpa.
Una semana después, la tragedia golpeó de nuevo. Charly fue encontrado muerto en su habitación. Lo extraño no fue solo su repentina partida, sino la expresión que tenía en su rostro: una sonrisa de felicidad.
El pueblo quedó desconcertado. Algunos decían que Charly había soñado con su hermana y se había ido con ella. Otros susurraban historias más oscuras, asegurando que Mari había regresado para llevárselo consigo.
Fuera lo que fuera, el columpio quedó vacío desde entonces. Pero hay quienes juran que, en las noches de luna llena, pueden escuchar risas de niños en el jardín y ver dos sombras bailando juntas, como si la tragedia nunca hubiera ocurrido.

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Feliz inicio de semana @Piel_de_Angel