En la Grecia antigua, el vocablo skolastikós no guardaba ninguna relación con la enseñanza ni con el estudio, sino que se refería al individuo alegre y feliz, que vivía como le gustaba. Probablemente, debido al amor de los griegos por el estudio y el conocimiento, la palabra skolé, que primero significaba ‘recreación’, ‘distracción’, ‘ocio’ o sólo ‘tiempo libre’, pasó a denominar el lugar donde los niños aprendían, significado que fue tomado por los latinos en la palabra schola, con el mismo sentido que nuestra escuela.