El Turco Mecánico: El Engaño que Desafió a la Inteligencia Artificial
“El Turco”, conocido también como “Turco Mecánico” o “Jugador de Ajedrez Autómata”, fue una máquina de ajedrez construida en 1770 por Wolfgang von Kempelen, que parecía jugar de manera autónoma contra oponentes humanos. Durante 84 años, fue exhibido en giras como un autómata, fascinando al público y desafiando a personalidades como Napoleón Bonaparte y Benjamín Franklin. Sin embargo, se reveló como un engaño tras su destrucción en un incendio en 1854.
El Turco era una ilusión mecánica que permitía a un maestro de ajedrez esconderse dentro y operar la máquina. Consistía en un modelo a tamaño real de una cabeza y torso humanos, vestidos con ropajes otomanos. Sobre un gran gabinete descansaba un tablero de ajedrez. El frente del gabinete, con sus engranajes y ruedas dentadas, estaba diseñado para confundir a los observadores.
El engaño fue revelado en una serie de ensayos publicados en Chess Monthly. Silias Weir Mitchell, hijo del último propietario del Turco, explicó que la máquina albergaba a un jugador de ajedrez humano que observaba los movimientos del oponente a través de piezas de ajedrez magnetizadas.
Aunque era un engaño, el Turco impactó en el desarrollo de la tecnología de la información y las computadoras, capturando la imaginación del público y planteando la posibilidad de una máquina capaz de pensar. Amazon nombró a su proyecto de automatización, el Mechanical Turk, en honor al Turco original, utilizando una fuerza de trabajo a demanda para completar tareas que los humanos superan a las computadoras. Así, el Turco, a pesar de ser un engaño, ha dejado un legado duradero en el mundo del ajedrez, la tecnología y la inteligencia artificial.